La Fiebre Porcina Clásica ha sido erradicada de nuestro país, lo que permite un mejor desarrollo de la porcicultura tanto internamente como en el exterior.
La fiebre porcina clásica (FPC) es una infección vírica altamente contagiosa de los cerdos causada por el virus de influenza tipo A. Esta enfermedad fue registrada por primera vez en México durante 1883 y generó grandes pérdidas para la porcicultura, al mismo tiempo que desató una lucha para contrarrestarla.
Allá por 1973, se implementó la primera campaña zoosanitaria nacional para la erradicación de la enfermedad, misma que estuvo vigente hasta 2009 con la finalidad de lograr el estatus sanitario de país libre de FPC, el cual se alcanzó en 2012 con la declaración: México país libre de Fiebre Porcina Clásica.
La SAGARPA, a través del SENASICA, con la colaboración de los estados productores, los porcicultores mexicanos, veterinarios, académicos e investigadores han realizado acciones estratégicas para el diagnóstico, vacunación, control de la movilización de cerdos, sus productos, subproductos y desechos; la desinfección, la inspección, el control y erradicación de brotes, y la vigilancia epidemiológica.
Las acciones anteriores dieron como resultado que en 2015 la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE, por sus siglas en francés) reconoció a México como país libre de FPC, siendo el tercer país latinoamericano en lograr erradicarla y de los primeros países en el mundo en ser reconocidos por la organización internacional citada.
La porcicultura es de gran importancia en nuestro país ya que somos el 15º productor de carne de cerdo a escala mundial con una producción de 1.4 millones de toneladas y un consumo anual de 16.6 kilos por persona.
Los estados que ocupan los tres primeros lugares nacionales en producción son: Jalisco, Sonora y Puebla, mismos que concentran casi el 50 por ciento del valor de la misma.
Las exportaciones mexicanas de carne de puerco alcanzan los mercados de ocho naciones, siendo Japón y Corea los principales.