ABCdario
Por Víctor Octavio García
PRI
* Los “otros” selfies
La gran cantidad de selfies de priístas posando con Enrique Ochoa Reza que saturaron las “redes sociales” el fin de semana, contrastan con los “otros” selfies que ABCdario rescató de las reuniones privadas, declaraciones de banqueta y encuentros informales que sostuvo el dirigente nacional del PRI con la militancia priísta sudcaliforniana y los medios de comunicación, cuya trascendencia y efectos son y serán de catarsis.
En su intervención, declaraciones, reuniones y encuentros informales, quedó muy claro que el recién ungido dirigente partidista trae una instantánea del momento. sin montajes ni reediciones de cómo se encuentra el PRI en el estado; de sus actores políticos, de los constantes pleitos, divisiones internas, chantajes y de lo mucho que se ha dejado de hacer; habló ampliamente de la unidad del partido y sus expresiones cayeron como un bálsamo ante el inmovilismo, división, simulación y flojera que reinan entre los priístas; habló de la unidad del partido y lo hizo posicionado de una convocatoria incluyente que permeó más allá de la reunión con la militancia; a los que quieran trabajar les dijo que tienen las puertas abiertas, pero igual para aquellos que no lo quieran hacer; tocó el tema de los chantajes políticos de los que dijo, no tienen cabida en el PRI –lo que se interpretó como una alusión directa al dirigente de la CROC–; también habló y se refirió a Esthela Ponce, de quien dijo que no ha dado la cara a la sociedad ni tampoco ha respondido los cuestionamientos y demandas judiciales que existen en su contra y en contra de su administración, que le ha fallado al partido y le ha fallado al estado, de la sumisión y abulia de los delegados federales entregados al gobierno panista y alejados del PRI.
Se comprometió a cambiar las estructuras municipales y los sectores en 10 días y en 90 días tener un nuevo partido listo para competir. Lo que más llamó la atención fueron los temas que tocó que calaron hondo entre los cuadros y dirigentes partidistas, el de la unidad del partido que unos y otros no han dejado que se concretice; hurgó en el tema de los chantajes políticos, en el mal comportamiento de Esthela Ponce y en la entrega de los delegados federales al gobierno local sin rendirle cuentas al partido. Al referirse a la unidad del partido –tema al que le dio mucho énfasis– lo hizo con el rigor y sin titubeos que la militancia esperaba; criticó la simulación que han mantenido paralizado al partido a lo largo de los últimos años, el no hacer nada de los cuadros y dirigentes partidistas, de la falta de ánimo, iniciativa y compromiso, de aquellos que chantajean desde adentro y desde fuera al partido, de los delegados federales que siguen ausentes en las tareas del PRI y ya en lo cortito, de Esthela Ponce y su accionar errático y falto de compromisos.
En suma, la visita de Enrique Ochoa Reza a BCS –la sexta gira nacional que hace por el país después de su toma de protesta como presidente nacional del PRI– resultó esperanzadora, gratificante y oportuna para miles de priísta de a pie que han visto como unos y otros se destrozan internamente, negocian y charolean con las siglas del PRI sin más beneficio que los que obtienen sus allegados e incondicionales, de los cuadros o factores de poder interno que después de la derrota del 5 de junio de 2015, han armado coaliciones con el único fin de acabar con Ricardo Barroso, que han pasado de largo de que en BCS son oposición, que han simulado, que han arrastrado al partido y a la militancia al mas espantoso inmovilismo político, de aquellos que aspiran y suspiran por ser sota, caballo y rey en el partido, de quienes andan en pos de candidaturas plurinominales y encabezar acuerdos en lo oscurito, de los delegados federales que llevan más de cuatro años de día de campo, vamos de los que tienen al PRI en el suelo. Es la lectura que deja la visita de Enrique Ochoa Reza a BCS, ni más ni menos. ¡Qué tal!.
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