ABCdario
Por Víctor Octavio García
Abigeato
En memoria de mi madre; Consuelo Castro Verduzco QEPD.
El abigeato o robo de ganado en BCS, es y ha sido un delito tan viejo como recurrente, escasamente documentado; recuerdo que en 1991, hizo crisis tras detectarse una gavilla de cuatreros que operaba impunemente en el municipio de La Paz, cuyos productos eran comercializados localmente; cayeron un par de cuatreros, se “calentó el terreno” y los cuatreros se vieron obligados a operar en otros municipios.
En esa época viví una experiencia que nunca más me gustaría vivir; invité un domingo a mi mamá salir a brechar para “matar” el día; un rifle .22, una hielera con un par de ballenas, un galón de agua, un termo de café y un par de refrescos de cola y ¡fierros!. Salimos a eso de las 7 de la mañana, luego de comprar pollo asado y tortillas de maíz en El Centenario; el plan era “dominguear” recorriendo las brechas que días antes había detectado en una jornada de vuelos rapantes en el famoso “Chivirito”, buscando entre las brechas y “parajes” solitarios un pick up que le habían robado a Héctor Montaño.
Ese día, recuerdo que mi mamá (QEPD), me pegó tremendo susto; al mediodía cuando arreciaba más y mejor el sol y el calor, le dio por buscar ciruelas del monte y camotes de “guereque”; padecía de diabetes y le habían dicho que hiciera té de “guereque, que era bueno para bajar los niveles de glucosa. Por el calor y el sol se deshidrató y perdió la orientación, de manera que de regreso al lugar donde me encontraba se dirigió en sentido contrario; luego de cortarle “juella” por espacio de casi una hora la encontré debajo de la sombra de un palobrea con la boca ceniza de sed; le dí agua y espere que medio se estabilizará para regresarnos; traía un paliacate colorado lleno de ciruelas del monte y dos camotes de “guereque”.
Acaso serían las cinco de la tarde cuando decidimos agarrar la brecha con destino a esta ciudad; habíamos caminado menos de media hora cuando vi rodadas nuevas sobre una brecha que se apartaba del camino por donde veníamos, escasamente caminada y muy enmontada que nunca había recorrido y decidí seguir las rodadas con la esperanza de encontrar el pick up de Héctor Montaño, cuando de pronto me tope con un camioncito de tonelada debajo de un palo blanco, y sobre un brazo del palo blanco un tecle en medio de la plataforma; dos becerros arriba que acaban de subir con el tecle, las puertas abiertas del camioncito y sobre el tronco del palo blanco un machete, un mecate y una carabina 30.30.
Mi mamá apenas iba bajándose del carro cuando le grite, ¡no te bajes!, con la misma metí reversa y regrese a la brecha por donde veníamos; ya sobre la brecha me pregunto mi mamá, “qué pasó Víctor, que viste”, nada le conteste, y no le comenté nada hasta que llegamos a casa le dije que habíamos estado a punto de toparnos con unos cuatreros, que si hubiesen querido allí mismo nos “dejan con la panza verde”, mi mamá solo movió la cabeza en señal de desaprobación.
Al día siguiente le hable al Director de la Policía Judicial para preguntarle como andaba el “robo de ganado” sin que le comentará nada del incidente que había tenido un día antes; mira me dijo, el problema sigue pero no como en meses anteriores donde a diario se reportaba robo de ganado y me confió; “ayer recibimos un reporte de la zona del Datilar, donde por cierto vieron un pick up con las características del tuyo, de casualidad no andabas por allí”, me preguntó, sí le respondí, anduve “liebrando” por esa zona y vi rodadas nuevas sobre una brecha muy enmontada, más no le comente de lo que me había sucedido; días después, vi en la sección policiaca de los periódicos locales el mismo camioncito que había visto ese domingo con el pie de foto; “la PJE detiene a dos cuatreros infraganti robando ganado”, ya los habían “torcido”. ¡Qué tal!,
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