Combatientes del grupo yihadista Estado Islámico (EI) han colocado numerosos explosivos y minas en distintas partes de las ruinas de la ciudad siria de Palmira, considerada patrimonio de la humanidad por laUnesco.
Según ha denunciado la organización Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que cuenta con una red de voluntarios en toda Siria, se desconoce si los yihadistas los han sembrado para hacer volar las ruinas históricas o para evitar el avance de las fuerzas del régimen sirio, que intentan recuperar la zona.
Ubicada en un palmeral, Palmira fue en los siglos I y II d.C. uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.
Antes del inicio de la contienda, en marzo de 2011, sus ruinas eran una de las principales atracciones turísticas de país y de la región.
El EI, que a mediados de mayo se hizo con el control de la localidad de Palmira y de la zona monumental, difundió el 26 de mayo un video con supuestas imágenes de las ruinas en el que aparentemente no se apreciaban daños en el lugar arqueológico.
Desde el pasado febrero, los radicales del EI han destruido en las zonas que controlan en Irak varios sitios y museos arqueológicos.
Las ruinas asirias de Nimrud del siglo XIII a. C. y de la ciudad de Hatra, patrimonio de la humanidad de la Unesco; el Museo de la Civilización de la ciudad de Mosul, capital de la provincia de Nínive; y el yacimiento de Dur Sharrukin, capital asiria durante parte del reinado de Sargón II (722 – 705 a. C.), han sido pasto del pillaje y la barbarie de este grupo.