La rosca de reyes es una tradición que endulza las mesas mexicanas desde la época de los misioneros Franciscanos, su forma circular simboliza el amor infinito.
Originalmente se rellenaba con figuras de niños de barro o porcelana y se decoraba con frutas como cerezas e higos y semillas como la nuez. En la actualidad, las frutas cristalizadas enriquecen su sabor.
Elsie Méndez de los Sabores de México y el Mundo nos comparte una receta tradicional, sólo necesitamos 400 gramos de mantequilla, 1 taza de azúcar, 9 huevos, 500 gramos de harina, 1/2 taza de leche evaporada, 1 cucharada de vainilla, 2 tazas de frutas cristalizadas para el relleno y el adorno, así como niñitos para la rosca.
Primero se bate la mantequilla con el azúcar hasta obtener una consistencia cremosa, se añaden los huevos; se integra harina alternando con la leche evaporada y la vainilla. Por separado, espolvorear con harina las frutas y mezclar con la masa, envolver con suavidad. Engrasar el molde de corona y verter la mezcla, integrar los niños y hornear a 170ºC durante 20 minutos, posteriormente bajar a 150ºC hasta el fin de su cocimiento.
Desmoldar y cuando la rosca esté fría, pegar con un poco de miel los trozos de fruta cristalizada.
La chef Yuni Legorburo de Café Ruta de la Seda innova al presentar roscas preparadas con ingredientes orgánicos como harina, leche, huevo, mantequilla, ralladura de cítricos, agua de azahar, cacahuates, frutas orgánicas y ron añejo, todos elaborados por productores mexicanos.
Un elemento versátil es la grana cochinilla, que utiliza este año para crear una crema muselina de praliné rosa de cacahuate con decorado de ates e higos y una pasta crujiente rosa y azúcar perlada. Esta rosca se integra a la iniciativa #Misaboresrojomexicano que busca enaltecer la producción y el consumo de la grana.
México es un importante productor de trigo grano; actualmente, nuestro país produce más de 11 mil millones de leche y más de dos millones de toneladas de huevo para plato. Asimismo, la grana cochinilla se produce principalmente en Oaxaca, Querétaro, Estado de México y Tlaxcala, entre otros estados.