Muchos son los mitos y leyendas que rodean los orígenes del pulque, cuya producción se cree que se logró en el año 900 de nuestra era.
También llamado néctar de los dioses, el pulque es junto al tequila y mezcal una de las bebidas de mayor tradición en México, en donde se consume desde la época prehispánica, siendo hasta ahora uno de los íconos más representativos de la cultura gastronómica mexicana.
Del náhuatl octli, el pulque se obtiene de la fermentación del aguamiel, que se extrae del maguey pulquero o agave salmiana. Hace varios cientos de años era una bebida que se reservaba a las clases altas de la antigua sociedad azteca, quienes lo usaban en rituales y festejos que realizaban en honor a Mayahuel, la diosa del maguey.
Para dichas ceremonias, los aztecas contaban con varias clases de pulque, como el iztac octli (de color blanco), matlaoctli (azul), ayoctli, uiztli, teometl, teoctli y el texcalceuilo.
En tiempos prehispánicos, solamente podían consumir pulque las personas mayores a los 52 años de edad. A los que iban a ser sacrificados en el templo de Huitzilopochtli se les permitía consumirlo hasta embriagarse. Asimismo, era considerado un remedio medicinal muy eficaz contra los males más variados.
Al ser el pulque un gran tesoro de nuestro país, es importante destacar que la producción total nacional de maguey pulquero es superior a las 303 mil toneladas. De este modo, el principal productor de la bebida etílica en cuestión es el estado de Hidalgo, seguido de Tlaxcala y Puebla.
Sabías que…
El pulque también recibe los nombres: neutle, tlachicotón, pulmón, tlapehue, tlamapa, caldo de oso, baba de oso, baba de los dioses, cara blanca, entre otros.