• El uso de la nueva jaula facilitará la captura de peces marinos con talla comercial en el litoral del océano Pacífico y propicia la extracción de especies de escama en profundidades mayores a las tradicionales.
• A la fecha se han realizado 13 talleres en los que especialistas del Instituto han capacitado a pescadores ribereños para la construcción y operación de trampas.
El Instituto Nacional de Pesca (INAPESCA) presentó un nuevo modelo de jaula que será aprovechable en las actividades de pesca ribereña, donde contribuirá a reducir la captura incidental y promoverá la sustentabilidad de este sector productivo.
En una primera etapa, esta nueva arte de pesca, derivada de la investigación aplicada en tecnología que realiza el organismo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), facilitará la captura de peces marinos con talla comercial en el litoral del océano Pacífico.
Estas acciones forman parte de las políticas públicas puestas en marcha para generar artes de pesca más eficientes y que incrementen la productividad del sector ribereño del país, donde se registran importantes volúmenes de captura.
Con el apoyo de la Fundación Produce Sonora y la organización Consultores Ejecutivos de Sonora, técnicos especializados del Centro Regional de Investigación Pesquera (CRIP) del INAPESCA en Guaymas construyeron en esta nueva trampa, que sólo permite la entrada a peces de talla comercial.
La innovación tecnológica aplicada para el diseño de este arte de pesca permite también la captura de especies de escama en profundidades mayores a las que tradicionalmente se ubican las trampas actuales.
La nueva trampa cuenta con entradas que inducen el acceso de organismos grandes (talla comercial) y un conducto que los dirige al fondo de la jaula, donde no tienen posibilidad de salir.
Al evitar la captura de peces que son de talla chica se aporta al proceso de reproducción de organismos juveniles y a la preservación de la biomasa (al permitir el desarrollo ontogénico: desde el óvulo fertilizado hasta su envejecimiento biológico), lo que genera mayor disponibilidad y repoblamiento de recursos marinos.
La eficiencia operativa de las trampas fue corroborada con pruebas en los campos pesqueros de Puerto Libertad, Bahía de Kino, Tastiota, Guaymas y Bahía de Lobos, en Sonora, donde participaron activamente pescadores de la región.
Entre las especies que se capturan en la pesca ribereña se encuentran la cabrilla, extranjero, conejo, pierna y baquetas, además de otras de interés comercial.
A la fecha se han realizado 13 talleres en los que los especialistas del CRIP Guaymas han capacitado a pescadores ribereños para la construcción y operación de trampas.
El Instituto Nacional de Pesca integró un paquete tecnológico que facilitará a los pescadores el diseño y metodología para la construcción de trampas, lo cual incluye un manual en el que se describen los pasos y procedimientos para la realización de este proyecto.