Cuenta la historia que durante las celebraciones en honor al dios Xipe Tótec, al emperador Moctezuma se le servía un enorme plato de pozole coronado con el muslo de un prisionero sacrificado.
Del náhuatl pozolli, que significa espuma, el pozole es uno de los platillos más representativos de México. Es todo un tesoro de la cocina nacional que también ha conquistado el gusto extranjero a través de ese sazón tan exquisitamente mexicano que lo caracteriza, y que al deleitarnos nos hace sentir muy orgullosos de nuestra inigualable gastronomía.
El pozole es un caldo cuyo ingrediente principal son los granos de maíz cacahuazintle. Esta delicia no sería la misma sin la carne deshebrada de res, puerco o pollo; y la lechuga, rábanos, cebolla, aguacate, chiles y orégano. Tampoco pueden faltar las tostadas para acompañarla. Asimismo, cabe agregar que al igual que los colores de la bandera mexicana, existen variedades de este plato en verde, blanco y rojo.
A lo largo del tiempo, los componentes del pozole han variado de acuerdo a los gustos de cada entidad de nuestro país, por ejemplo, en Guerrero se le añade tomate verde, en Jalisco cerdo y chile ancho, en Colima queso blanco, en Michoacán chicharrón y en las zonas costeras sardinas.
En épocas antiguas se acostumbraba comer el pozole en funerales. Hoy en día, es un alimento que está presente en las fiestas, especialmente las patrias, en las cuales es uno de los deleites que no debe faltar si se trata de festejar todo aquello que nos representa como mexicanos.
Al ser el maíz cacahuazintle y la carne de res, puerco y pollo los ingredientes esenciales del pozole, es importante mencionar que la producción total nacional del primero supera las 29 mil toneladas, la de la carne de bovino y porcino el millón de toneladas cada una, y la de ave los dos millones de toneladas.
Sabías que…
El maíz cacahuazintle simbolizaba la cosmovisión del mundo azteca.