México está feliz de tener a los mejores científicos del mundo en el programa de conservación, protección y recuperación de la vaquita marina, el cetáceo más pequeño del mundo, endémico de México y en peligro de extinción.
Uno de estos científicos es Randall Wells, de la Sociedad Zoológica de Chicago, quien se ha tomado muy personal su rol como cabeza del equipo de captura de la vaquita en San Felipe, Baja California. “Mi principal maestro de mi doctorado fue el primer hombre en escribir un tratado científico sobre la vaquita marina, y mi primer trabajo con él en los setenta fue llevar a cabo un censo en estas aguas para buscar a la vaquita”.
Randy, como lo conocen en VaquitaCPR, ha trabajado desde 1970 con delfines de muchos tipos, tanto en su captura, análisis, muestreo, etiquetación y, desde luego, liberación. Precisamente, dirige un programa de investigación de delfines en Florida. “Mi experiencia en el manejo de estos animales y en su posterior reingreso, sanos y salvos a la vida salvaje, es lo que me hizo involucrarme en este proyecto”.
A la pregunta de por qué estamos aquí, el biólogo conservacionista responde sin titubeos: “La biodiversidad es crucial para mantener vivo los ecosistemas y por ende a nosotros mismos, y la pérdida de cualquier especie es una pérdida también para nosotros y otras criaturas del ecosistema”.
Para el científico, permitir que la vaquita marina se nos vaya sin hacer todo lo que esté en nuestras manos sería un crimen. “En los setenta no vimos muchas vaquitas y ahora vemos menos; es una verdadera pena que hemos llegado hasta este punto en la desaparición de este animal. Es momento de darle la vuelta”.