El Premio Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014) “es el gran fenómeno de América Latina, porque con su obra nos dio todo un continente”, afirma sin dudar la escritora mexicana Elena Poniatowska, una de las amigas del novelista, cuentista y periodista desde antes que la fama lo alcanzara.
La ganadora del Premio Cervantes 2013 comenta, en entrevista con Excélsior, que Gabo —como le llamaban de cariño sus lectores— “con su gran novela Cien años de soledad nos rescató y nos hizo presentes ante el mundo entero”.
A sus 83 años de edad, la también periodista, vocación que compartió con el autor de El otoño del patriarca y Crónica de una muerte anunciada recuerda aquellas tardes cuando comía con el narrador que vivió en México desde principios de los años 60 del siglo pasado y su esposa Mercedes, y le pedían que les guardara algunas macetas.
“Lo quise mucho. Cuando me saqué el (premio) Cervantes, él vino aquí (a mi casa) con un ramo de rosas. Se sentaba ahí donde estás. Pensaba que tenía sus amigos de antes del Nobel, y los de después del premio, y ‘tú eres de los de antes’, me decía. Sus hijos vivían a dos cuadras de aquí. Nos veíamos seguido”, narra la cronista en su casa de Chimalistac.
Ahora, a poco más de año y medio de la muerte del representante del realismo mágico, Poniatowska clausurará con una conferencia magistral, este viernes 30 de octubre, el simposio García Márquez: vida y legado, que el Centro Harry Ransom de la Universidad de Texas en Austin ha organizado con motivo de la apertura del archivo del escritor que adquirió en noviembre pasado en 2.2 millones de dólares.
El encuentro se inaugurará hoy en la casa de estudios estadunidense, con la charla del escritor británico Salman Rushdie, y reunirá a más de 25 académicos, periodistas, cineastas y antiguos colegas de Gabo, quienes conversarán sobre la influencia de su obra en el periodismo, el cine y la literatura.
Poniatowska, una de las pocas periodistas que logró hacerle una muy extensa entrevista al autor de El amor en los tiempos del cólera, en 1973, ratifica que García Márquez fue un escritor muy amado. “Es un autor que, cuando el lector cierra el libro, sabe que le ama para siempre”.
Después de su participación en el coloquio de la Universidad de Texas en Austin, la autora de Dos veces única
—novela que acaba de publicar sobre Lupe Marín, la segunda esposa del muralista mexicano Diego Rivera—, se dedicará a ultimar detalles de la promoción de su nuevo libro de ensayos y crónicas inspirados en diversos personajes, sobre todo mujeres.
“Todas las entrevistas son México. Todo lo que he hecho es México. Escribiré sobre el país lo que me queda de vida”, comenta sobre este volumen cuyo título no quiere adelantar. “Es parecido a Las siete cabritas, pero contemporáneo”.
De la biografía a la novela
Quien ha novelado además la vida de la soldadera Jesusa Palancares, del ferrocarrilero Demetrio Vallejo, de la fotógrafa italiana Tina Modotti, de la pintora británica Leonora Carrington y del astrónomo mexicano Guillermo Haro, entre otros, no se considera una biógrafa.
“Sí investigo a fondo. Me mato de trabajo para que todo sea lo más exacto posible y para que no vayan a decir ‘lo que estás diciendo es falso’. Nunca me ha sucedido con ningún libro. Creo que sobre todo novelo, porque, por ejemplo, las escenas de amor, de furia, las íntimas, son inventadas, y también la manera en la que voy colocando los acontecimientos, cómo empezar, cómo terminar”, detalla.
Sobre qué deben tener los personajes que selecciona para sus novelas, Elena
Poniatowska aclara que los tiene que admirar y querer. “No sé cómo los escojo. Es un pálpito, una intuición, una admiración. Es por amor. Admiro su valentía, su destino, cómo lo van forjando, su capacidad de entrega, su fuerza”.
Y en especial, confiesa, le interesan las mujeres. “En México, para ser mujer se necesitan muchas agallas, porque, en primer lugar, tienes que ser un cuero para que tengas éxito, y, en segundo lugar, te tienes que exhibir. Hay una actitud de rechazo ante la mujer. Y eso lo hemos ido cambiando todas poco a poco. Por eso me gusta escribir sobre ellas”.
Pero ahora, la autora de La noche de Tlatelolco, quien ha hecho reflexionar a través de sus libros corales sobre las tomas de tierras, la injusticia y la violencia social, el terremoto que sacudió a la Ciudad de México en 1985 o los 43 jóvenes normalistas desaparecidos en Iguala, considera que ya es tiempo de dedicarse a ella.
“Creo que ya cumplí. Me gustaría escribir a partir de mi propia realidad, nunca lo he hecho. Ahora, como ya tengo 83 años, quisiera hacerlo. Además, ya no tengo fuerza para escribir otro libro de tema social. Me cuestan mucho trabajo, me duelen, me hacen daño. Con el del terremoto acabé en el hospital”, recuerda.
Por esta razón, desea concentrarse en novelar la biografía de su familia, los Poniatowski, pues su padre era un francés descendiente de polacos, en especial de Estanislao II Augusto Poniatowski (1732-1798), último rey de Polonia.
“Espero poder terminarla, porque me falta trabajar mucho. Empecé en el siglo XVIII, cuando Estanislao es el rey de Polonia. Pero no hablo polaco, lo que me dificulta cosas, y tengo que leer con más detalle sobre la historia de Europa. Pero sí la quiero hacer, porque en la familia hay mujeres interesantes, obispos, monjas, músicos, un compositor de ópera y hasta un estadista”, concluye.
