BURÓ POLÍTICO/ ¡NADA PARA LA CLASE MEDIA!
POR ARIEL VILCHIS
El golpe más fuerte por el brote del coronavirus aún no se alcanza a percibir en México, y por supuesto aún no se manifiesta en todo su esplendor en nuestro estado. El golpe a la economía, el desempleo -y con ello pobreza y carencias- llegará tarde que temprano si no se toman medidas que mitiguen la parálisis que el COVID-19 ha originado y nos mantiene a la gran mayoría de la población en confinamiento.
Por mucho que el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador quiera inyectar ánimos y sea optimista al declarar que a él le “gustaría levantar o iniciar el levantamiento de la cuarentena gradualmente, con todo cuidado, con todas las recomendaciones el 10 de mayo. Levantar la situación de emergencia, esperando que para ese entonces ya vayamos de salida”, esa idea se encuentra muy alejada a la realidad.
Y es que para el especialista Hugo Lopez Gatell el pico más alto de contagios de coronavirus en México será durante el mes de junio. Un escenario en el que el impacto de la enfermedad comenzará a bajar en el transcurso de julio y agosto, así lo ha declarado el epidemiólogo encargado de estar al frente de la contingencia sanitaria.
Luego entonces, ¿qué va a pasar con la economía? ¿Qué va a pasar con la clase trabajadora? Con la llamada clase media que recibe un sueldo o que tiene un pequeño negocio justo ahora que vemos como los negocios cierran y se despiden trabajadores. El motor de la economía mexicana podría cascabelear en las próximas semanas o meses si se extiende la contingencia como lo han previsto los expertos.
Después de las medidas que el gobierno federal anunciara en días pasados para mitigar la crisis económica con apoyos extraordinarios a los adultos mayores, personas con discapacidad, estudiantes etc. Para la clase obrera –trabajadora, para el jefe o jefa de familia asalariado al que el gobierno manda a confinamiento, NADA. Ningún plan hasta el momento. Lo que hace pensar que al gobierno de AMLO no le interesa proteger esa clase media. Por cierto, una clase media que en el pasado proceso electoral del 2018 voto por él, contribuyendo a su triunfo electoral.
En un país donde -según la última encuesta de INEGI sobre Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPyMES)- había en el 2018 un total de 4 millones 169 mil 677 Pymes que generan 72% del empleo y 52% del Producto Interno Bruto de país, no apoyar ese sector de la población sería tanto como que el gobierno federal los condene a rascarse con sus propia uñas.
Y es que no es suficiente con los créditos a la palabra anunciados por ejecutivo federal, esos que son como TANDAS y que se otorgan a la palabra, de buena fe. Porque a todas luces es un programa sesgado, que va dirigido en su mayoría al clientelismo electoral del partido en el gobierno. Lo anterior es a todas luces evidente ya que se realizará, en primer lugar, por medio del padrón que la Secretaría de Bienestar levantó cuando se hizo el censo para sus programas sociales, el cual contiene cinco millones de solicitantes. En segundo, para la distribución de los préstamos se tomarán en cuenta las zonas más afectadas en su economía por la pandemia. Nadie podría asegurar que no habrá discrecionalidad en esa distribución. ¿Cuántos de esos créditos llegarán a Baja California Sur para mitigar la crisis económica de los pequeños y medianos empresarios?
Mientras eso sucede. La clase media, la trabajadora, la que genera economía y paga impuestos, sigue esperando la reacción de su gobierno. Sigue a la espera de medidas que mitiguen el desempleo y la futura crisis económica. Ojalá que no las esperemos sentados, porque entonces quiere decir que no llegará. Porque no hay dinero que alcance cuando la apuesta está en otro lado: Becas y obras del gobierno de la 4T. Ya veremos qué sucede, es mi opinión, al tiempo…
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