Por Diana L. Rouzaud
La semana pasada se cerró un ciclo en B.C.S e inició otro, como toda regla en la vida.
Y la obligada pregunta es: ¿Qué sigue y frente a que debemos estar alertas?
Necesitamos encontrar puentes de comunicación, de respeto y de concordia, porque lo que se rompió en este proceso electoral es muy grave. Ni unos ni otros, tienen toda la razón.
-¿Qué va a pasar con el futuro del PRI y sus nuevos cuadros?
-¿Cuándo debe empezar la reorganización interna y el llamado a aquellos que entienden y tienen la visión política que se requiere?
Y en especial, ¿Cuál es el futuro de las nuevas generaciones?
En Sesión del Consejo Político Nacional, tomaron las riendas del partido Manlio Fabio Beltrones y Carolina Monroy. Y con ello el priismo sudcaliforniano tenemos un halo de luz, ya sin calentura postelectoral y con la cabeza bien fría, esperanzados en un verdadero giro en el partido. Se va Cesar Camacho sin recordar que flotar no es gobernar y sin explicar derrotas como Nuevo León, Querétaro, Michoacán y no se diga, el caso Baja California Sur.
Al PRI como podemos darnos cuenta, lo que le falta es gente que aplauda menos y trabaje más.
¿Cuánta gente simuló que estaba con Barroso? Varios, que tal vez nunca fueron dignos de confianza, pero estaban apuntando alto en la campaña.
¿Cuántos ex-colaboradores ahora acuñan al dicho «Muera el rey…? ! ! Viva el rey»! … este comportamiento de Muera el Rey que se ha dado de manera natural podrá regresar nuevamente al de Viva el Rey.
Estamos en un estado políticamente dividido, y el PRI sin definición siendo que es la gran fuerza política nacional.
Hay miles de sudcalifornianos conscientes y decididos a luchar por una verdadera transformación. Eso no lo quieren ver los adversarios, ojalá nunca lo vean. Hay mucho desprecio de la derecha hacia el pueblo. Nunca van a aceptarte que la gente cuenta, que es capaz de entender lo que está sucediendo y de luchar por algo verdaderamente nuevo.
Y se vale, para eso sirve la democracia «Lo que resiste; apoya» decía Reyes Heroles.
¿Qué hacer ante esta realidad? Creo que la balanza del tiempo se carga hacia las fuerzas vivas y latentes que son los jóvenes. Y somos nosotros los que debemos de dar el primer paso en una obligada tarea de recomposición de las partes. Las mismas que están desparramadas en la superficie agreste de una adversidad avasallante y paradójica: tenemos votos, pero no tenemos el poder.
Un poder que fue la meta de Ricardo Barroso, candidato joven, que no debe ser pasado por los fuegos inclementes de la descalificación, sino por el contrario se debería de llamar a que con todos, vayamos al frente de la reconquista de los espacios que merecemos y que la sociedad nos llama a que los rescatemos. Y esto se hace con unidad y certeza, binomio necesario en estos tiempos de las indecisiones. Hacia adelante: las guerras no se pierden en la primera escaramuza.
