El presidente de los Estados Unidos ha cambiado la estrategia para tener un mayor alcance a aquellas personas que aún no han sido vacunadas, y ha cambiado la estrategia de vacunar en estadios y de manera masiva, por la intimidad de las iglesias, farmacias y consultorios de médicos de familia.
El objetivo del presidente es llegar a toda aquella ciudadanía que aún se resiste a vacunarse, y hacerlo por medio de gente de su confianza como un cura, algún familiar o un farmacéutico parece ser la opción; cabe resaltar que, Biden desea una vacunación de fácil acceso, y que la ciudadanía pueda recibir la inmunización sin necesidad de tener una previa cita.
Parte del impulso a la campaña masiva de vacunación, es otorgar 250 millones de dólares a organizaciones comunitarias, para que las mismas puedan proporcionar transporte, ayudarles agendar citas o aclarar dudas, a todos los ciudadanos que así lo requieran; Así mismo, Biden planea invertir millones de dólares en campañas dedicadas a promover la vacunación entre los jóvenes, las comunidades rurales y las minorías hispana y afroamericana.
Dicho cambio de estrategias, se debe ante el descenso del ritmo de vacunación, ya que la media de vacunas administradas se mantuvo por debajo de los dos millones, cifra que no se presentaba desde marzo, esta caída ha bastado para que estados como Florida, Texas y Ohio hayan decidido cerrar algunos de sus centros de vacunación masiva.
Tal es la disminución de solicitudes de vacunas por estado que, Arkansas por primera vez, no pidió ninguna dosis al ejecutivo, porque tiene reservas suficientes; el cambio de tendencia es notable, ya que cuando comenzó la campaña de inmunización los gobernadores de muchos estados acusaron a Biden de no darles suficientes vacunas y pidieron más.
Hasta ahora, lejos del 70 por ciento, un 45.6 por ciento de la población (151.3 millones de personas) han recibido al menos una dosis de la vacuna, de las cuales 33.9 por ciento (112.6 millones) están ya completamente inoculadas, según datos de este domingo de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Finalmente, cabe señalar que, Estados Unidos cada vez enfrenta más presión internacional para compartir sus vacunas con países como la India, la cual esta convertida en el epicentro de la pandemia, con un aumento incesante de infecciones y muertes. El contraste entre la abundancia de Estados Unidos y la escasez de la India es un reflejo más de la desigualdad en la distribución de las vacunas en todo el mundo.
