El agujero de ozono que existe sobre la Antártida parece estar cerrándose lentamente, informan investigadores británicos y estadunidenses en la revista Science.
Unas tres décadas después de que se prohibieran los químicos que destruían el ozono hay indicios de que ha comenzado un proceso de regeneración y que la capa se está estabilizando. «Podemos estar seguros de que las decisiones que tomamos han llevado al planeta por un camino de sanación», señala Susan Solomon, principal autora del estudio.
El año pasado los expertos se habían mostrado frustrados por la enorme extensión del agujero. Sin embargo, el nivel récord de amplitud se debió también a la erupción del volcán Calbuco en Chile, descubrieron ahora los científicos.
El equipo en torno a Susan Solomon, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (Cambridge, Massachusetts) estudió el grosor de la capa de ozono sobre la Antártida en el mes de septiembre desde 2000 a 2015.
Cada año en primavera (austral), el agujero se expande. Tras el largo invierno polar en el Hemisferio Sur, la radiación solar hace que se activen las sustancias que destruyen el ozono que se han acumulado durante los meses de frío. En octubre se registran los niveles mínimos de ozono.
Los científicos analizaron las mediciones de ozono y por satélite del dióxido de azufre que se libera en las erupciones volcánicas y que aceleran la destrucción del ozono. También tuvieron en cuenta diferentes datos meteorológicos como la temperatura y el viento.
Compararon entonces los valores de septiembre con modelos de simuladores que predicen los niveles de ozono en base a diferentes circunstancias.
Con ello descubrieron que entre 2000 y 2015 el agujero se redujo en más de cuatro millones de kilómetros cuadrados, una superficie mayor a la de la India. El día en que se supera un determinado tamaño del agujero se ha ido postergando año a año, escriben los expertos.
Además, pudieron demostrar que la reducción del agujero es atribuible en más de un 50 por ciento al retroceso de los químicos que lo provocan.
¿Por qué eligieron los científicos septiembre y no octubre, el momento más problemático? Los datos de octubre son más sensibles a oscilaciones a causa de pequeños cambios meteorológicos, explica Solomon.
Los científicos descubrieron a principios de la década de los 80 los primeros signos de un agujero en la capa de ozono en la estratósfera -entre 10 a 50 kilómetros de altura-. En 1985 informaron de ello en la revista Nature y causaron una sensación en el mundo científico. Pronto fue evidente que los clorofluorocarbonados (CFC), que se usaban en la industria de la refrigeración y de propelentes de aerosoles, eran los responsables de este proceso.
Dos años después de la publicación, casi 200 países aprobaron en el Protocolo de Montreal una prohibición a largo plazo de estas substancias. Susan Solomon fue una voz cantante gracias al aporte de sus estudios.
«La ciencia fue útil para mostrar el camino. Los diplomáticos, países y la industria fueron increíblemente buenos en establecer un camino para abandonar el uso de esas moléculas y ahora vemos que el planeta se recupera. Es algo maravilloso», indicó.
Los expertos creen que el agujero no podrá cerrarse hasta mediados del siglo XXI debido a la larga duración de las sustancias que dañan el ozono.