• En BCS se tiene una prevalencia de más de 16 por ciento en población mayor de 20 años
La adopción de hábitos de vida saludable, como es la alimentación adecuada, el ejercicio frecuente y moderado, limitar o abandonar el consumo de sustancias perjudiciales como el tabaco y alcohol, así como mejorar el manejo del estrés, es determinante para evitar o controlar la hipertensión arterial, que es una enfermedad directamente relacionada con infartos y embolias.#vertigos
Reducir la ingesta de sal, mantener un adecuado peso corporal de acuerdo a la edad y estatura son otras de las acciones que se recomiendan a la población en general para prevenir un incremento en la presión sanguínea alta que al dañar en primera instancia a las arterias y al corazón reduce la esperanza de vida de las personas, sostuvo la secretaria de Salud, Zazil Flores Aldape.
En el marco del Día Mundial de la Hipertensión que se conmemora cada 17 de mayo, la funcionaria estatal dijo que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino (ENSANUT MC) 2016, en BCS se tiene una prevalencia de este padecimiento en más del 16 por ciento de la población de más de 20 años, quienes enfrentan por tanto mayor riesgo de sufrir las complicaciones asociadas.
En este sentido dijo que, al dañar los vasos sanguíneos, la tensión arterial alta puede además propiciar problemas de insuficiencia renal, ceguera y deterioro cognitivo, de ahí la importancia de que la población realice cambios en su estilo de vida y acuda con frecuencia al chequeo médico para lograr una oportuna detección y en su caso iniciar con tratamientos para su control.
Un aspecto adverso para el combate a la enfermedad es que en sus primeras etapas no presenta síntomas y por tanto complica su detección, sin embargo conforme avanza puede provocar dolor de cabeza fuerte, náuseas o vómito, confusión, alteraciones en la visión y hemorragias nasales, de ahí la necesidad en asistir periódicamente a las unidades de salud, para tener una lectura precisa de la presión arterial y determinar las medidas terapéuticas a seguir para prevenir riesgos por ataques cardiacos o derrames.