ABCdario
Por Víctor Octavio García
Estado unipolar
Después del 7 de junio vemos con preocupación la forma cómo BCS está perdiendo su identidad en el seno de una “democracia dirigida”, que peligrosamente le abre el paso a un mundo unipolar donde solo existe y encuentra cabida una sola versión y por supuesto una verdad absoluta. La semana pasada un par de colegas –periodistas– que difieren de nuestros puntos de vista en este y en otros espacios de opinión, arremetieron en contra nuestra simple y lisamente porque difieren de nuestros puntos de vista. Para ellos no existe más debate que el descontón, la descalificación a mansalva y el chingazo con alevosía. Nada mejor que en la famosa cita del “Peleador callejero” se exhibe con tanta crudeza –y cruel rudeza–, la patología político-periodística de este tipo de individuos en desuso, intolerantes, bravucones e irascibles. Sin embargo, más allá del drama que le da vida al filme del “Peleador callejero”, lo que pasa y deja de pasar en nuestro estado es y debe ser una preocupación mayor, compartida más allá de nuestros afines y desencuentros, por eso comparto hoy con ustedes algunas expresiones intolerantes que se han registrado en los últimos días, como las ruines andanadas en contra nuestra de dos distinguidos sujetos (periodistas) –a los que podrían sumarse más en los próximos días– incómodos y molestos porque cuestionamos el proceso electoral y los resultados que arrojó la elección (o herradero) del pasado 7 de junio.
Sin embargo la intolerancia de algunos “escribidores por encargo” no es lo más delicado que ocurre, sino lo que sucede en amplios sectores de nuestra sociedad. Poco después de las “elecciones” del 7 de junio, como por arte de magia amaneció la ciudad tapizada de espectaculares donde un Frente Ciudadano –surgido quién sabe de dónde– promueve a través de una ostentosa y virulenta campaña de publicidad la “familia natural”. Sin tener un destinatario en particular, está dirigido contra los matrimonios de personas de un mismo sexo y contra la Suprema Corte de la Nación que le otorgó validez jurídica a los matrimonios gay. La promoción no tuvo eco en las redes sociales, sino por el contrario, ha sido rudamente cuestionada por tratarse de una campaña intolerante, discriminatoria y excluyente e incluso algunos antropólogos han criticado el mal uso del término “familia natural” dado, dicen, que como tal no existe.
No menos preocupante es lo que ocurrió en las postrimerías de la semana pasada en el seno de la Unión Ganadera Regional, donde un grupo de ganaderos azuzados quién sabe por quién, desconoció de tajó a la actual dirigente alegando extemporaneidad en su periodo estatutario. Lo más curioso e inédito, es que hasta hoy, después de casi dos meses de las elecciones, se “dan” cuenta que Maribel Cosio Núñez –actual dirigente de la UGR– se excedió en su periodo de dirigente. Sin embargo así como la dirigente de los ganaderos lleva más de dos “años sabáticos” encabezando la Unión Ganadera en el estado, los dirigentes sindicales de la burocracia en el estado están exactamente en las mismas condiciones y ni quién diga nada. ¿Qué curioso?.
Lo que se consigna aquí, y otras expresiones intolerables más que se manifiestan en la actitud y la forma de actuar de varios “ganadores” –no todos– en la elección del pasado 7 de junio, y de algunos rudos que militan en el PAN, deben llamarnos a una reflexión profunda, seria y despojada de todo interés ideológico y partidista, porque BCS no es un estado unipolar donde prevalezca el pensamiento único y la verdad absoluta. Por fortuna, desde siempre hemos sido una sociedad abierta, incluyente, propositiva, con convicción democrática. Si el PAN se llevó “carro completo” el 7 de junio, es otro cantar.
De seguir así y permitir este tipo de expresiones intolerantes y totalmente descontextualizadas del sentir y palpitar de los sudcalifornianos, tendríamos que resignarnos a que la tentación los lleve a instaurar la pena de muerte, la ley fuga, la ley mordaza y que la mojigatería suplante el debate, la pluralidad, la tolerancia, la inclusión y las libertades. ¿Échense ese trompo a la uña?.
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