El Estado Islámico (EI) y sus fanáticos seguidores han provocado indignación mundial, tanto por la destrucción de monumentos históricos en Siria e Irak como por el callado saqueo de piezas arqueológicas luego vendidas en el mercado negro.
De hecho, según datos publicados por la prensa española, hace un año habían obtenido ya “por lo menos 30 millones de euros” con base en la venta de pequeñas piezas, que se cree pudieron haber sido ingresadas ilegalmente a Europa y Estados Unidos.
“El EI ha defendido su destrucción de artefactos culturales con el alegato de que son idolatría y representan culturas pre-islámicas”, alegó el diario estadunidense The Washington Post.
El mismo periódico apuntó que “por debajo de la mesa, sin embargo, el saqueo es tan sistemático que el EI ha incorporado la práctica a la estructura de su auto-declarado califato, y otorga licencias de excavación a través de un departamento de ‘recursos preciosos’”.
Mientras, la pública destrucción de la tumba del profeta Jonás y de las ruinas de la ciudad asiria de Nimrod, aquella con marros y esta con bulldozers, provocaron consternación en medios culturales, la búsqueda y saqueo del patrimonio cultural de Siria e Irak ha procedido con mucha mayor discreción.
Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), esa destrucción fue equivalente a “un crimen de guerra”: Nimrod fue construida hacia el año 1250 aC y destruida en 612 aC.
Por siglos fue la capital de Asiria, uno de los reinos más poderosos de la antigua Mesopotamia, que se extendió sobre territorios que hoy son parte de Egipto, Turquía e Irán.
Las ruinas conocidas como Nimrod fueron nombradas así en homenaje o recuerdo de un rey del mismo nombre que de acuerdo con algunas versiones, incluso de la Biblia, fue quien ordenó la construcción de la Torre de Babel.
De acuerdo con Pilar Cebrián, colaboradora de la emisora española Antena 3 y la página El Confidencial, el EI creó incluso empleos para la extracción ilegal de objetos de arte, según un reporte de la página española La Sexta.
Cebrián afirmó que el EI se fijó ya en el subsuelo sirio, donde se encuentran algunos de los sitios arqueológicos antiguos más grandes del mundo y donde se esconden piezas “muy valiosas”.
The Washington Post señaló en cambio que Aymenn el-Tamimi, un investigador sobre grupos yihadistas en el Middle East Forun de Gran Bretaña, las ganancias del EI se cuentan ya en decenas de millones de dólares.
“Es una fuente confiable de ingresos , lo que la hace muy atractiva, y está sorprendentemente sin usar”, dijo por su parte Michael Danti, profesor de arqueología de la Universidad de Boston, citado por el diario estadunidense.
De acuerdo con las versiones, en Siria el EI paga a voluntarios con detectores de metales, pero también los propios yihadistas buscan por su cuenta obras antiguas con excavadoras.
Ya han saqueado un museo en Raqqah y han arrasado yacimientos como el de Apamea. Se ignora la situación en Palmira, ocupada recientemente, pero en Mosul, el museo de Ninive los extremistas musulmanes usaron mazos para destruir algunos de los más importantes objetos pre-islámicos.
“Estas estatuas, estos ídolos y estas antigüedades, cuando Alá, Sea Glorificado y Exaltado, ordenó destruirlas y removerlas, fue una cuestión fácil… no nos importa aún si costaron miles de millones de dólares”, señaló un video del EI divulgado a través de las redes sociales.
La contradicción no parece preocupar al EI, cuya principal fuente de recursos es la venta de petróleo pero que ahora enfrenta los bajos precios en el mercado internacional.
EXTIENDE SU CONQUISTA A LIBIA
TRÍPOLI.– El grupo Estado Islámico (EI) anunció ayer haber tomado la ciudad libia de Sirte y de una central térmica vecina de manos de la milicia Fajr Libya, según un observatorio estadunidense.
El EI-provincia de Trípoli– publicó en internet una serie de fotos que muestran “combatientes del EI luchando, sentados encima de armas pesadas, inspeccionando la central y la ciudad así como varios cuerpos de combatientes de Fajr Libya”, indicó SITE, que monitorea las páginas yihadistas.
El grupo, que ya controlaba el aeropuerto de Sirte, se apoderó de toda esta ciudad costera del centro del país tras los combates contra Fajr Libya, una coalición de milicias que también controla Trípoli.
Tras la toma del aeropuerto, el gobierno libio, reconocido por la comunidad internacional, pidió ayuda internacional para luchar contra el EI y advirtió que los yihadistas podrían tomar los campos petroleros cercanos a Sirte.
El grupo, que se implantó en Libia el año pasado aprovechando el caos en el país, controla desde febrero grandes zonas de la región de Sirte, entre ellas la ciudad de Nufliyeh, convertida en su feudo local.
AFP y EFE
EU DESNUDA AL ESTADO ISLÁMICO
WASHINGTON.– La reciente operación militar estadunidense contra un dirigente del grupo Estado Islámico (EI) en Siria permitió a los servicios de inteligencia de Estados Unidos obtener preciosa información sobre la aún mal conocida estructura del grupo extremista, según The New York Times.
Las computadoras, teléfonos móviles y documentos incautados en la casa de Abu Sayyaf el 16 de mayo en Al Omar permitieron obtener entre 4 y 7 terabytes de datos, según un alto funcionario de inteligencia.
Abu Sayyaf, considerado el responsable financiero del EI por la inteligencia estadunidense, fue abatido durante la operación realizada por comandos Delta, unidad de las fuerzas especiales del ejército de Estados Unidos. Su mujer, Umm Sayyaf, fue capturada.
Los datos muestran, por ejemplo, que el jefe del EI, Abu Bakr Al Bagdadi, reúne regularmente a sus “emires” (jefes regionales) en su cuartel general de Raqqa, en Siria. Un chofer los va a buscar y les pide que entreguen su teléfono y otros aparatos electrónicos para evitar que los servicios estadunidenses les sigan la pista, según la edición de ayer del diario neoyorquino.
Las esposas juegan un papel importante, incluso en el entorno de Al Bagdadi, para transmitir informaciones en el grupo, agrega el diario.
Las informaciones recogidas durante la operación en tierra, la primera contra un dirigente de la organización yihadista, permitieron realizar dos semanas después un bombardeo contra otro dirigente de EI en Hasakah, Siria. Se trató de Abu Hamid, emir a cargo de la charia y de asuntos tribales. Los estadounidenses creen haber matado a Abu Hamid, pero el EI no lo ha confirmado.
Los documentos muestran asimismo que el EI podría utilizar la mitad de sus ingresos petroleros para financiar su presupuesto general. La otra mitad se emplearía para financiar la explotación petrolera, y se distribuiría más o menos equitativamente entre salarios de los empleados y gastos ligados al material.
Los documentos permitieron sacar de las sombras a Fadel Al Hiyali, considerado el jefe del consejo militar del EI.