Un muerto y dos detenidos, dejó como saldo una persecución sobre la carretera Internacional que culminó con un enfrentamiento a balazos entre Policías Estatales y presuntos sicarios, ocurrida entre los municipios de Santa Ana y Magdalena en Sonora.
En un comunicado de prensa, la Secretaría de Seguridad Pública en la entidad, detalló que alrededor de las 10:50 horas (12:50 tiempo de la Ciudad de México) los agentes policiacos le marcaron el alto a un sedán deportivo color anaranjado, con placas del Estado de México, pero los sospechosos imprimieron mayor velocidad e iniciaron la persecución.
“Los presuntos delincuentes tomaron la Carretera Federal México 15, en sentido contrario, en el tramo que conduce de Santa Ana a Magdalena, siendo a la altura del Kilómetro 168 cuando detuvieron la marcha y dispararon en contra de los agentes de la Policía Estatal de Seguridad Pública, quienes en legítima defensa repelieron la agresión”, dicta el boletín oficial.
A un costado de la cinta asfáltica, quedó tendido con varios impactos de bala uno de los sicarios que fue abatido por los agentes estatales, se trata de un hombre de complexión robusta y tez morena clara, quien vestía pantalón de mezclilla de color azul, playera de color gris y tenis color café, hasta el momento no ha sido identificado.
Sus acompañantes se rindieron voluntariamente y fueron identificados como José Arturo Mendoza Ross, de 29 años de edad; y Eduardo Enríquez Borbón, de 20 años de edad. Éste último es originario de Navojoa, cuenta con domicilio en Hermosillo y tiene antecedentes por delito contra la salud.
“Fueron aseguradas en el lugar cinco armas de fuego, dos fusiles AR15, un fusil AK-47 y dos pistolas calibre 9 milímetros; así como dos chalecos, uno táctico y uno antibalas”, agrega la Secretaría Estatal de Seguridad Pública.
Afortunadamente, los agentes que participaron en el enfrentamiento resultaron ilesos, aunque la unidad que abordaban fue rociada con balazos de grueso calibre.
Al sitio acudió el Agente del Ministerio Público del Fuero Común, quien ordenó el levantamiento y traslado del cuerpo para realizar la autopsia de ley; mientras los peritos trabajaban en la escena del crimen, en el estéreo del carro que abordaban los sospechosos seguían sonando los narcocorridos que venían escuchando los sicarios.