El líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, no sólo deseaba ver su vida plasmada en la pantalla. Pensó en ser una marca y hasta una inspiración: quiso CD’s y DVD’s con su nombre.
Trató de que sus fotografías tuvieran copyright, como las de un artista que licencia su imagen. También buscó crear sombreros, botas, zapatos, materiales didácticos, aparatos fotográficos, cinematográficos y hasta escuelas.
Registros del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, en poder de El Financiero, dan detalles de la frustrada búsqueda del capo para convertir su identidad en un trademark en distintos rubros que, de haberle sido aprobados, habrían implicado luz verde para la inédita creación de objetos tan diversos como discos acústicos, software, ropa o grabadoras con una marca: El Chapo.
Expedientes del IMPI permiten reconstruir cómo, mientras planificaba su fuga del penal del Altiplano, el líder del Cártel de Sinaloa entregó un poder notarial a su esposa, Emma Coronel, a quien dio el derecho de explotar su nombre mediante acta registrada ante el notario público 82 del Estado de México, el 17 de octubre de 2014.
Así, a la exreina de belleza tocó la tarea de acudir ante el IMPI para convertir el nombre de Guzmán Loera en una “marca cultural y deportiva”. Es un concepto que la ley de propiedad industrial contempla para servicios educativos como escuelas, clubes de fans, clubes de coaching y hasta distribuidoras de películas, entre otros.
Eso es lo que revelan una veintena de documentos obtenidos vía la Ley Federal de Transparencia y que dan cuenta de que entre octubre de 2014 y mayo de 2015, apenas unas semanas antes de que El Chapo se fugara del penal, Emma Coronel presentó numerosas solicitudes ante el instituto para registrar el nombre “Joaquín Archivaldo Guzmán Loera el Chapo Guzmán”. La petición fue rechazada, una y otra vez, bajo el argumento de que significaría una violación a “las buenas costumbres, el orden público y la moral”.
La primera solicitud de Coronel data del 30 de octubre de 2014. El escrito, firmado por la esposa del Chapo y su abogado, Andrés Granados, fue incluido en el expediente 1543686 del IMPI.
Para el 7 de abril de 2015, la Dirección Divisional de Marcas del instituto respondió negándose: “el signo propuesto no es susceptible de obtener el registro como marca (…) dicha persona cuenta con reconocimiento a nivel internacional por la presunta comisión de diversos delitos”.
El 7 de julio del año pasado, Coronel y sus abogados insistieron. Interpusieron una objeción contra la negativa ante el IMPI, al que exigieron reconsiderar su decisión de no permitir la creación de la marca El Chapo. Su argumento central: el líder del cártel puede explotar su nombre como le plazca.
En el escrito, Coronel deja en claro que quien recibirá los beneficios es el propio capo.
