Cuando se trata de accidentes, tropezar con una cura potencial del cáncer es uno que todo probablemente podríamos perdonar. De acuerdo a un nuevo estudio, un grupo de estudiantes daneses podrían haber hecho justo esto al descubrir que una vacuna potencial contra la malaria ha tenido un inesperado efecto secundario: eliminar tumores.
La malaria es una enfermedad transmitida vía sanguínea causada por el parásito Plasmodium. Se esparce a través de los humanos con mordidas de mosquitos, y de acuerdo a cifras del UNICEF, mata hasta a un millón de personas cada año. Es especialmente peligroso en mujeres embarazadas ya que el parasito ataca la placenta.
En sus esfuerzos por prevenir éste tipo específico de infección, los científicos de la Universidad de Dinamarca hicieron una importante observación: debido a las características similares entre los tumores y las placentas, la misma técnica que la malaria usa para atacar y destruir la placenta, podría ser utilizada para destruir los tumores cancerígenos.
La placenta es un órgano, que en unos cuantos meses crece a partir de unas pocas células para convertirse en un órgano que pesa aproximadamente 900 gramos y provee al embrión de oxigeno y nutrientes en un entorno relativamente exterior. De alguna forma, los tumores hacen lo mismo, crecen de forma agresiva en un entorno relativamente extranjero, afirman los investigadores en un comunicado de prensa.
Los investigadores intentaron mejorar este diseño natural al unir una toxina que caza el cáncer a la proteína de la malaria. Descubrieron que la combinación resultaba letal; en pruebas de laboratorio resulto ser hasta un 90% efectiva al destruir varias muestras de cáncer. La combinación letal también fue probada exitosamente en ratones que fueron implantados con distintos tipos de cáncer humano.
Aunque pueda parecer discordante cambiar el cáncer por la malaria, los investigadores explican que la proteína de la malaria sólo se une al tumor “sin una unión significativa a otro tipo de tejido”.
Pasarán cuatro años antes de que el tratamiento este disponible para ensayos clínicos en humanos, pero los científicos esperan que sea un significativo paso en la lucha contra el cáncer. Pero, debido a que la proteína también ataca a la placenta, el posible tratamiento será demasiado peligroso para mujeres embarazadas.