Fueron campeones… por 300 segundos solamente. El equipo de fútbol iraní Tractor Sazi celebró durante cinco minutos un título que no era suyo, sino de su enconado rival, el Sepahan.
Y eso desató la ira de sus hinchas y un llamado a la calma del gobierno de Irán al finalizar el torneo profesional de fútbol nacional.
Todo comenzó cuando el árbitro del encuentro entre el Tractor Sazi y el Naft Tehran de este fin de semana dio por finalizado el partido con un marcador de 3-3.
Había sido un partido complicado. Los del Tractor Sazi –conocidos como los lobos rojos y que tienen su sede en la ciudad de Tabriz, cerca de la frontera con Azerbaiyán- solo necesitaban una victoria para quedar campeones después de 52 años de espera.
Los lobos rojos iban ganando 3-1. Pero después de varios eventos desafortunados durante el encuentro, el partido, disputado el pasado fin de semana, terminó en un empate 3-3.
El presidente de Irán, Hassan Rouhani, ordenó una investigación para saber qué había ocurrido.
Y alguien –un directivo, un aficionado, un miembro del cuerpo técnico, un rival, no se sabe con claridad- apenas el juez dio el pitazo final, comenzó a celebrar el título esquivo.
Todos se unieron a la fiesta: el técnico portugués Toni Oliveira fue abrazado y besado por los hinchas que invadieron el campo, exultantes por el logro obtenido.
El título es para…
De acuerdo a los medios iraníes, para que el Tractor Sazi se coronara campeón de la liga profesional solo necesitaba ganar, pero si empataba necesitaba que su rival directo, el Sepahan, no ganara el partido que disputaba a la misma hora a unos 800 kilómetros de allí.
Según los reportes de la Agencia de Noticias Iraní (IRNA), en el vestidor del Tractor Sazi entendieron que el partido del Sepehan había quedado empatado 2-2, lo que significaba que el título les pertenecía.
Pero la realidad es que el Sepahan se había impuesto por dos goles a cero (2-0) y era el flamante campeón del fútbol iraní.
Cuando la verdad se esparció por las tribunas del estadio Takhti, en Teherán, los hinchas de los lobos rojos que habían viajado hasta allí comenzaron a destrozar todo: silletería, instalaciones, pista atlética.
Los hinchas del Tractor Sazi comenzaron a dañar las instalaciones del estadio donde jugaba su equipo.
La cara del técnico portugués demudó a una sin expresión: no podía creer que el título no fuera suyo.
«Fuimos engañados», dijo Oliveira después a los medios.
«Algo muy extraño pasó. Estábamos en el vestuario, viendo los minutos finales del partido del Sepahan y de repente nos quedamos sin señal de televisión y de radio. Para nosot