La chía (salvia hispánica) es una planta antigua, su semilla formaba parte de la dieta sana de la cultura prehispánica en México.
Esta semilla, que se consume desde los tiempos precolombinos, jugó un papel muy importante en las ceremonias religiosas. México produce anualmente casi siete mil toneladas de chía.
Existen historias que dicen que con solo una cucharada de estas semillas un guerrero azteca tenía suficiente fuerza hasta por 24 horas. Los principales estados productores de chía son: Jalisco, Puebla y Sinaloa.
La palabra «chía» en maya significa fuerza y el nombre del estado de Chiapas, que significa “En el río de la Chía” se le debe a esta semillita. La producción anual en Jalisco de semilla de chía es de más de 6 mil toneladas.
La chía tiene un alto nivel de omega 3, controla la presión alta y el colesterol. A la chía se le atribuye tener cinco veces más calcio que la leche entera y dos veces más potasio que el plátano. El 88 por ciento de la producción de chía se concentra en municipios de los Altos de Jalisco.
La forma más común de comer chía es mezclando las semillas con agua, jugo o algún alimento líquido, pero también puede ser agregada al yogur o la ensalada y molida se puede combinar con la harina para preparar un pastel. La chía está considerada, por su bajo costo de producción y alto valor nutrimental, alimento del futuro.
