Si crees que todo te sale mal o lejos de lo que tenías planeado, tal vez tú solito te estás saboteando…
Muchas veces creemos que le echamos ganas a las cosas y no nos salen bien, y si esto se repite constantemente, tenemos el riesgo de bloquearnos mentalmente. Sí, los bloqueos mentales existen y son el enemigo silencioso de tu vida; incluso, pueden hacerte caer en una profunda depresión.
Un bloqueo mental es la interrupción de un proceso cerebral que evita la respuesta adecuada ante alguna situación o actividad complicada, por lo que es fácil sentirse frustrado, inquieto, culpable, ansioso e incluso avergonzado, debido a la imposibilidad para solucionar algo…
Lo más característico de estos obstáculos son las interminables demoras y esperas, lo cual destruye la posibilidad de elegir buenas opciones. Las víctimas de este tipo de bloqueos esperan una solución mágica que supere todas las alternativas disponibles.
Anhelar permanentemente lo que no se tiene y despreciar lo que está al alcance puede originar una acentuada inactividad, lo cual hace que decisiones que se tomen –si no conllevan un auténtico compromiso- sean más bien actuaciones superficiales.
Existen 3 tipos de bloqueos:
1. Cognoscitivo. Debido a la falta de conocimientos, disminuye la confianza para hallar soluciones a los obstáculos en el ámbito escolar o laboral.
2. Afectivo. Las experiencias personales pasadas o presentes que generan culpa, miedo o estrés, tales como bullying o desintegración familiar, merman la autoestima.
3. Cultural o ambiental. La falta de convivencia e integración a determinados grupos socioculturales son uno de los signos de este tipo de bloqueo.
Si te sientes identificado con alguno de estos 3 puntos, lo que debes hacer para solucionarlo es lo siguiente:
1. Realiza ejercicios de respiración para relajarte
2. Haz ejercicio algunos minutos
3. Distraerse con otras actividades como leer o escuchar música
4. Establece límites respecto a actividades, tiempos para realizarlas, calidad de las mismas y descansos.
5. Estimula la creatividad e imaginación
6. Aprende a controlar tus emociones (la más importante)
