Al menos 30 personas murieron este lunes en un atentado suicida en la ciudad turca de Suruc, cerca de la frontera siria, del que las autoridades turcas acusan al grupo Estado Islámico (EI).
De ser confirmada la autoría, sería el primer ataque perpetrado en territorio turco desde la emergencia del EI, que controla vastas porciones de territorio iraquí y sirio, en particular cercanos a las fronteras con Turquía.
La detonación tuvo lugar en el jardín de un centro cultural de Suruc, situada a una decena de kilómetros de la ciudad siria de Kobane, de donde el EI fue expulsado en enero pasado por los combatientes kurdos. Hubo además más de un centenar de heridos en el lugar, donde se concentraban unos 300 estudiantes sobre todo de izquierda y pro kurdos. Según un miembro del principal partido prokurdo de Turquía, Alp Altinors, interrogado por la AFP, los estudiantes aspiraban a participar en la reconstrucción de Kobane.
«La ciudad se sumió en un caos. Casi todos los comercios han sido cerrados», dijo por teléfono Mehmet Celik, un habitante de Suruc.
Además, en esta ciudad un suicida hizo estallar un coche bomba en un control militar matando a dos miembros de las fuerzas de seguridad kurdas, según el director del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.
En Suruc, numerosas ambulancias y vehículos policiales acudieron inmediatamente al lugar de los hechos, donde la explosión provocó un incendio, según las imágenes difundidas por las televisiones turcas. El ministerio del Interior turco calificó lo ocurrido de «ataque terrorista» y prometió que se llevaría a los autores ante la justicia.
«Las autoridades turcas tienen motivos de peso para creer que ese ataque terrorista fue perpetrado por el EI», indicó un responsable del gobierno turco que quiso guardar el anonimato, añadiendo que el atentado suicida producido poco después en Kobane «reforzaba sus sospechas».