Un día como hoy pero de 1986 despegó alrededor de las 08:40 de la mañana el vuelo 940 de Mexicana de Aviación con matrícula XA-MEM destino a Los Ángeles.
Se trataba de un Boeing 727 bautizado con el nombre de Veracruz. El vuelo haría escalas en Puerto Vallarta y en Mazatlán, sin embargo, a los treinta minutos de haber despegado estalló en el cerro El Calvario, ubicado entre los municipios de Maravatío y El Oro, Estado de México, dejando un total de 166 muertos.
La aeronave se incendió después de que estalló uno de los neumáticos del tren de aterrizaje que fue inflado con aire en lugar de nitrógeno.
La tripulación del avión era encabezada por el capitán Carlos Guadarrama Sixtos de 35 años y con más de 15 mil horas de vuelo y 14 años de experiencia acompañado por su esposa Graciela Flores, que era supervisora A (mayor) con 20 años de experiencia y sus hijos Juan y Graciela; Pillip L. Piaget Rohrer, como primer oficial. Tenía 34 años y cuatro años de edad de experiencia, y Ángel Carlos Peñasco Espinoza de 29 años, siete de experiencia y era el segundo oficial.
Los sobrecargos del vuelo eran María Esther Guadaña Macías, María Emilia Bourlon Cuéllar, Ana Leticia Pérez Neyra, Rafael Mújica Alarcón y Ricardo Zúñiga Escobar.
Pobladores de las localidades cercanas al accidente, presenciaron lo ocurrido alrededor de las 09:14 horas de ese lunes.
Un camarógrafo de un medio local de televisión, que trabajó en la cobertura informativa del accidente, declaró que recuerda haber visto partes de cuerpos de adultos y de niños colgados de árboles o tirados en el camino durante su recorrido por el cerro El Calvario. Por otro lado, también recuerda que pobladores de San Miguel el Alto aprovecharon el terrible accidente para robar lo que quedó de los equipajes.
Esto representa la mayor tragedia aérea en la historia del país.