La bióloga marina Sylvia Earle fue muy clara en noviembre pasado cuando se firmó el decreto del Parque Nacional Revillagigedo.
Por Rafael Pacchiano Alamán
Al presidente de la República, Enrique Peña Nieto, la científica le aseguró que se trataba de “un legado que va a durar mucho más allá de lo que durará este siglo”.
Por ello le agradeció no sólo a nombre de los delfines, las ballenas, los atunes, los tiburones, sino también de parte de “aquellas generaciones de mexicanos que todavía no han nacido, de todas esas personas que están aquí y que estarán en el futuro, que viven más allá de las fronteras mexicanas; quienes también, serán los beneficiarios”.
Esa es la magnitud de las acciones del Gobierno de la República, que ha asumido con mucho compromiso la gran responsabilidad que implica nuestro patrimonio natural.
Desde el inicio de la administración establecimos metas ambiciosas en el sector ambiental y a cinco años nos enorgullece ver ya los resultados de este trabajo coordinado, al que todavía le quedan pendientes, pero que avanza de manera positiva.
Los logros están a la vista: hemos triplicado la superficie de nuestras áreas naturales protegidas, que ya suman 91 millones de hectáreas, las hemos dotado de herramientas como nunca antes para su conservación: planes de manejo (44 en esta administración), fichas de evaluación ecológica y mil elementos de la Gendarmería Ambiental distribuidos en 67 ANLa Gendarmería, por ejemplo, ha reducido en un 94% la tala clandestina en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca.
También hemos disminuido los incendios forestales (71 por ciento menos de hectáreas afectadas), gracias a que incrementamos el número de combatientes de siete mil a 22 mil, y estamos muy cerca de reforestar un millón de hectáreas.
Termina 2017, un año en el que celebramos aniversarios y hasta centenarios significativos en la historia de nuestra política ambiental, 365 días de esfuerzos en favor de nuestra riqueza natural, 52 semanas enfocadas a la conservación de especies, 12 meses llenos de compromisos y alianzas globales en favor del planeta y dos semestres de logros y consolidación de metas.
Este año nos deja orgullo y satisfacción por lo ya alcanzado y nos compromete aún más para seguir trabajando y dejar, como bien dijo Sylvia, un legado que trascienda este siglo.